Comúnmente conocemos el término infidelidad afectiva, que es cuando en una pareja se falta a la exclusividad, acuerdos y compromisos establecidos en la relación. Sin embargo, no hemos escuchado mucho del tema de infidelidad financiera, ¿este en qué consiste? La infidelidad financiera es uno de los causantes más comunes de ruptura o fracaso en las relaciones de pareja. Éste tiene que ver con manejos económicos, decisiones financieras o gastos desbordados que afectan a uno o a ambos.
El 80% de las personas que más compran, son las mujeres. Ellas tienden a gastar más y en ocasiones ponen en aprietos a muchos hombres por el estilo de vida que quieren llevar. En ocasiones para acudir a estos estándares sociales, hacen inadecuados usos del dinero que ponen en aprietos la armonía de la pareja. La infidelidad financiera entonces, es la falta de lealtad y transparencia en manejos o decisiones que ponen en riesgo la estabilidad de ambos miembros de la pareja y se lleva a cabo de manera oculta, por ejemplo, cuando él o ella gastan los recursos económicos en caprichos o gustos a espaldas de la pareja en: ropa, electrodoméstico, vicios y pasatiempos, para satisfacción personal.
Es común que, en algún momento por el estrés y la ansiedad por los gastos y deudas, se prefiera optar por romper con la relación antes de ser descubiertos. Caer en la tentación de gastar y poseer lujos, muchas veces por aparentar, nos puede llevar a justificar ciertos manejos para no quedarnos atrás en una tendencia social, estereotipos o “estatus”… Creo que esta época se presta para replantearnos el estilo de vida, que puede llevarnos no únicamente a la crisis económica, sino a la ruptura afectiva. Hoy podemos construir nuestra esencia con lo necesario. No caigamos en el tener por encima del ser.
